He tenido que dejar pasar unos días para, escribir la crónica del Ironman de Lanzarote 2015, pues hacen falta unos días para asimilar todo lo que vivi el Sabado pasado. Como siempre, analizar todo, desde los días previos hasta el día de la carrera.
Siempre pensando en los que han hecho posible que haya estado en esta carrera, sin ellos no estaría aquí…
Llegue a meta con mucha alegría pero con la sensación de que varias cosas habían fallado, fue un día muy duro por el viento, pero mas lo fue sintiendo desde el primer momento que no era mi día, quizás fallo el descanso previo, quizás acumulación de emociones, o también no haber pegado ojo las dos noches anteriores, pero todo esto no es nada comparado con la dureza de la prueba el pasado día 22, toco sufrir desde el kilometro 1 el viento en contra, y en muy pocos kilómetros a favor. Es curioso como cambian los sentimientos las horas posteriores a la prueba, pues vas asimilando, lo que significo llegar a la meta en 15:05, y después de las dos ultima horas donde sufri el dolor de piernas síntoma de haber agotado todos los cartuchos de la carrera.
Lo mejor es que todo se transforma en una gran sensación de satisfacción por estar entre las 1800 mujeres aproximadamente según dicen las estadísticasque han finalizado el Ironman de Lanzarote, en sus 24 ediciones.
Todo se tranforma en estar muy satisfecha del resultado, y de como hice la carrera.
Sali muy tranquila aun con la sensaciones y desencanto de que este año no se ha mimado la salida como lo he vivido en otras ediciones como espectadora, una salida fría y para mi nada animada.
Nade muy tranquila hasta llegar a la mitad de la segunda vuelta en la que mi estomago empiezo a darme una mala pasada, vario tragos de agua y nauseas que me hicieron parar y parte del desayuno fuera. La suerte me acompaño pues en cinco minutos lo había superado por completo, hice una transición muy rápida, y me vi en bici camino de los 180 km.
Que decir de la bici, viento , viento y mas viento, y mucha precaución guardar y no pasarme de ritmo pensando en la maratón, el viento soplaba demasiado, este sector de bici ha sido para mi lo mas duro que hice nunca, no pude medir mi esfuerzo, ya que tuve un fallo grave, se me olvido poner las pilas a mi powetap, pero bueno me arme de valor e hice los 180 km por sensaciones, y guarde hasta la subida del mirador del rio, donde decidí apretar un poco el ritmo, y la verdad esque me encontré supe bien, gracias a el consejo que me tiro mi hermano Alvaro, «marti dale mas fuerte a la subida que tu puedes y luego tienes mucha bajada».
Se que mi estomago ya no iba bien, empece en el kilómetro 50 a no tener ganas de comer, lo que llevaba, eso es mal síntoma, y lo se, pero bueno pude ir salvando y comiendo poco a poco. Lo últimos 30 km hasta llegar a meta, un poco de calvario, con miedo de encontrar el viento en contra, y lo encontraba, ya eran ocho horas encima del sillín.
Una bici espectacular, y muy animada, todo el mundo te da ánimos, todo el rato esperaba encontrar a Oscar, los niños, y mi gente, y me emocionaba a cuando llegaba a una rotonda y no estaban, pero lo mejor cuando si estaban alli, que bonitos esos momentos.
Que decir de la maratón, que me queda el sabor de 21 km corriendo bien, aguantando el ritmo, y llegado ese punto las piernas empezaron a dolerme muchísimo, aquí es donde mi cabeza realmente empiezo la lucha, contra el dolor, muchas cosas se pasaban por ella, y es donde cambia todo en la carrera, y como cambia desde luego hasta que llegas a meta.
Mi pensamiento todo el rato era estar preocupaba por mi gente, esperando por mi tantas horas, y se iba a hacer mas larga la espera todavía.
La mente en estos momentos podia traicioname con pensamientos negativos, pero siempre gana, y la recompensa llegar a meta, y celebrarlo con todos.
Sinceramente me encontré en meta, con fuerza, físicamente bien, solo eran mis piernas las que habían fallado, todo lo demás estaba bien, mucha energía, coger la bici en la transición, y pedalear hasta el punto donde nos las recogían para el transporte de vuelta.
Otro Ironman en mi palmares. Ha sido un duro camino, un invierno durisimo, han faltado entrenos, mucho trabajo, pero estuve en el soñado Ironman de Lanzarote.
La satisfacción de que Cesar hizo una gran carrera, lo compensa todo, y lo que hemos disfrutado en la Isla con mi Familia, no tiene precio..